viernes, 18 de enero de 2008

Condenada


Post inspirado por la peli/cómic Persépolis. Fantástica, gracias Ana. También por el libro Cometas en el Cielo (ese que me regaló mi tía Meme), que aunque versa sobre Afganistán, trata sobre el mismo drama: pueblos libres que un día alguien decidió someter y desde entonces no han levantado cabeza.

No concibe que ese sea el fin. Ella no está en ese camión, sino volando por encima del campo de fútbol. La cancha está abarrotada, pero silenciosa, muy silenciosa.
Mientras vuela piensa en su corta vida: la escuela, la facultad, sus padres, sus hermanas, sus cintas punk, los pósters de su habitación...
¿Cuál es el motivo de que la hayan condenado a ser lapidada?: La crueldad, una pésima y maliciosa interpretación del Corán y el hambre de poder de los talibanes que nunca será saciada. Tiene muy claro que ser sorprendida con un hombre ajeno a su familia en un coche no es motivo para matar a nadie. Por eso está tranquila.
Se mira las manos. Todavía no están arrugadas. Sus uñas tienen restos de esmalte que no consiguió borrar del todo. Piensa que cuando vuelva a casa se las frotará con un cepillito.
Ahí comienza la angustia: nunca llegará ese momento. Una garra callosa le saca de su embelesamiento. Le bajan del camión.
A través de la rejilla de su burka distingue un agujero profundo abierto en la tierra y a lo lejos un montón de piedras. Mira hacia las gradas. Distingue lágrimas en las mejillas de algunos espectadores. Eso le hace sentir fuerte. Aún queda esperanza en Irán.

Expresa tu firme repulsa a las lapidaciones

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