miércoles, 9 de julio de 2008

Cualquier información la pagaré...

Este fin de semana algún/a desalmado/a, malnacido/a me ha arrebatado mi posesión material más querida.

Cuando tienes una bici y la dejas durmiendo en la calle siempre te asaltan los mismos temores. Hasta que no estableces contacto visual con ella no se te deshace el nudillo del estómago. Eso me pasó el domingo al volver a casa... el nudillo no se deshizo sino que se quedó ahí atragantado.

¡¡Sólo tenía dos meses!! y mi yegüita era tan bonita y TAN cómoda...

Tras el shock inicial vino la fase de asimilación de mi nueva situación, ya que la bici me llevaba y me traía del trabajo, de paseo, de marcha...

Pero menos mal que tengo una sustituta viejuna. Una BH pequeñita, azul metalizada y poco laminera para los cacos. Sin marchas pero con parrilla, con sillín con muelles, con dinamo y pedales sin pinchos. (Muy necesarios para mí debido a mi extraña capacidad de magullarme las pantorrillas).

Luego, después de la fase de asimilación hice una de esas cosas inútiles que la sociedad nos impone, que fue ir a tratar de denunciar el robo. Pero la incompetencia de los policías locales de mi barrio me hizo ver la realidad: NO EXISTE posibilidad de recuperarla.

Pero hoy por hoy me quedo con la canción del gran Sergio Makaroff, versionada por un grupo de amiguetes que decidieron rendirle homenaje filmando un videoclip de su greatest hit: tranqui tronqui. Un canto al optimismo y la amistad.

De todos modos, como no me resigno a volverla a encontrar, hago como Silvio Rodríguez con su Unicornio Azul (que en realidad no era medio de transporte sino un puto boli BIC con el que escribía sus canciones) y ofrezco recompensa: cien mil o un millón no pagaré, pero agradezco información. Quién sabe cuándo tendré que devolveros el favor...

1 comentario:

aikugur dijo...

Si quieres información quizá deberías escribir una descripción más detallada... Hay muchas yegüitas bonitas...