lunes, 21 de enero de 2008

Hasta la vista tio

Tenía párkinson, pero hasta ese tembleque, aparentemente, le quedaba bien. Así parecía que, cuando se reía, lo hacía con muchas ganas. Y cuando hablabas con él, todo el rato asentía con la cabeza. Y eso que era muy sordo.
Todas las mañanas leía la Vanguardia, porque ser un labrador convertido a mecánico no tiene porqué ser sinónimo de incultura.
Cuando iba a visitar a mi familia de Barcelona lo veía. Yo era pequeña, y ya sabes cómo te sientes cuando no mides más de 1 metro. Los mayores te estiran los mofletes un rato y luego se ponen a hablar de sus cosas. Pero él dedicaba su radiante sonrisa y un ratito de su tiempo a jugar con nosotros.
Siempre que había tarta nos retaba a que la boicotearamos metiendo nuestros deditos en ella, o robando los botones de chocolate. Parecía que disfrutaba horrores con eso.
Sobrevivió a su mujer, pero nunca la olvidó. Siempre contaba cómo iba a "festejar" con ella. La iba a buscar en bici y nunca se olvidaba de llevar a su hermana pequeña. ¿Sería una estrategia de seducción llevar a una niña pequeña consigo? ¿o era así de tierno?
Gracias tio, yo también me divertia mucho estropeando tartas contigo.

2 comentarios:

Anuska dijo...

Blan! Muy bonito, le habría hecho ilusión seguro. A ver si hacemos esta vida un poco más justa los que podemos. Besicos

Anónimo dijo...

Buenos dias princesa!
Ahora entiendo un poco mejor porque te gusta tanto pasear y que te lleve en bici.
Aunque no lo llegué a conocer, seguro que era un gran tipo! Y seguro que en un sitio o en otro lo conoceré. somehow.
Muakk